Mi experiencia parte 1
Mi experiencia
Hacía tiempo que tenía pendiente escribir un artículo como este. Me debatía entre si comentar todo el papeleo que necesitamos mi mujer y yo para asentarnos aquí y seguir así en la línea instructiva y «técnica» de este blog, o simplemente hablar de mí y cómo han ido estos seis meses que llevo aquí. Al final me he decantado por lo segundo (aunque comentaré algunos detalles) y dejo pendiente para otro día el ayudaros con todo el proceso para vivir en Estados Unidos a través del programa español de Profesores Visitantes, donde incluiré con ayuda de mi mujer lo que tuvo que hacer ella para acogerse al programa.
Empiezo por cuando estábamos haciendo cola a la puerta de la Embajada de Estados Unidos. Recién casados, en Madrid y por la mañana. Habíamos pedido cita para la entrevista con el cónsul. Ese iba a ser mi único trámite para entrar al país con mi J2. Lo único que se me requirió fue estar allí de cuerpo presente, con mi pasaporte y con unas fotos tamaño pasaporte americano que me hice en un fotomatón que hay al entrar en la embajada. Pasamos el control de seguridad, pagué 5 euros en el fotomatón, imprimió creo que 4 fotos y nos fuimos a la cola. Primero pasamos por una ventanilla donde había una empleada (todas te hablan en un castellano perfecto, de hecho creo que son españolas), creo que lo que tuvimos que hacer fue presentar la documentación requerida y una vez hecho esto esperar a la entrevista con el cónsul.
La entrevista con el cónsul no es algo que deba preocuparos; no vais a sentaros en su despacho y os va a someter a un interrogatorio policial. La entrevista se realiza de pie, en la ventanilla del cónsul y no dura nada. Mucho menos glamuroso de lo esperado, ¿verdad?. Bueno, pues dos minutos después de presentarle los papeles a la funcionara estábamos hablando con el cónsul. Más bien hablando mi mujer, yo estaba de cuerpo presente y respondía el último a las preguntas que hacía el hombre, porque no nos quedó claro si las preguntas iban dirigidas a ella o iban para los dos. Según ella no me incluían a mí, pero estoy casi seguro de que sí, que hubiera sido muy raro estar ahí mudo sin decir nada. Why do you want to go to the USA? How many years do you plan to stay? How long have you been married? La conversación, por supuesto, fue en inglés y a través del cristal blindado, pero al hombre se le entendía muy bien.
Tan pronto como acabó la sesión de preguntas, el cónsul nos selló y nos firmó el famoso DS-2019. Nuestros pasaportes se lo quedaron ellos para imprimirles los visados; 3 días después los tendríamos listos para recoger en alguna oficina de Correos. Creo que estaba la opción de recibirlos en casa pero no recuerdo por qué motivo no lo hicimos. Los pasaportes con el visado tardan entre 3 y 7 días hábiles o así, no más.
Recogí los pasaportes con el visado ya impreso e hice las maletas. En el aeropuerto, haciendo cola para facturar mi equipaje me abordó una trabajadora y me hizo una ronda de preguntas: que dónde me iba a alojar, qué iba a hacer, si me había preparado yo solo la maleta y no la había perdido de vista en ningún momento. Al final lo único que les importa es lo de la maleta. Y digo esto porque a mí estas preguntas únicamente me las han hecho cuando he viajado a EEUU facturando maleta. Sé que suena raro pero de los 4 vuelos que he realizado al país sólo en dos de ellos pasé por esto, y coinciden con cuando facturaba maleta.
En la cola de embarque me llamaron por megafonía para una revisión aleatoria del equipaje de mano. Qué se le va a hacer, no es algo que deba preocuparos si os toca. Fui a un escusado y sobre una mesa abrí mi maleta de mano, pasaron el papel para el test por mis manos y partes de mi peculio y volví a la cola.
Al aterrizar me fui a la fila exclusiva para aquellos que llegan con un visado. Llegó mi turno en el puesto del agente de fronteras: le di mi pasaporte con el visado, mi DS-2019, mis huellas dactilares, foto, un par de respuestas (creo que preguntó dónde iba a vivir y ya) y con eso entré en los Estados Unidos de América.
La primera semana estuvimos viviendo en un hotel pagado por el distrito escolar que contrató a mi mujer. Si no recuerdo mal tuvimos una semana para estar ahí sin pagar, después ya nos tocaba a nosotros empezar a gastar si no habíamos encontrado nada aún. El hotel, por supuesto, se hallaba en la zona del distrito.
Por lo tanto, lo que toca tan pronto como llegas es hacerte con un número de móvil americano y buscar un lugar en el que vivir. No os demoréis ni un solo momento en buscar casa porque suele ser un proceso tedioso, largo y cansado. Encima partís con una gran desventaja que me da como para escribir todo un post: encontrar vivienda sin tener credit score. Esto es, que te acepten sin poder dar muestras de tu fiabilidad crediticia. Habrá arrendadores que os rechazarán directamente al saber que sois recién llegados y no tenéis credit score, y una gran mayoría os pedirá un adelanto superior al que se suele pedir. Estoy casi seguro de que nosotros tuvimos que pagar por ello; no recuerdo cuánto pero tuvimos que hacerlo. El caso es que encontramos una bonita residencia al poco de empezar a buscar y allí nos mudamos y aquí seguimos desde entonces. Ah, sí, creo que ya recuerdo cómo tuvimos que compensar la falta de crédito: 500 dólares irrecuperables y 4 meses de alquiler por adelantado.
Voy a dejar este artículo aquí, instalados en nuestra nueva casa, y muy pronto os dedicaré una segunda parte. ¡Nos vemos!
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